Durante una jornada escolar, el niño acumula ciertas tensiones y cansancio.
Cuando se escucha a un niño, éste puede liberar todo ese estrés y sentirse mejor. Desarrollan una sensación de seguridad emocional. Sienten que se los valida y que lo que están experimentando es normal. Así pueden desarrollar estrategias para gestionar mejor sus emociones si vuelve a producirse una situación similar. También están mejor preparados para aprender cuando vuelvan a clase al día siguiente.
Es a través de la comunicación como se puede desarrollar una relación positiva con un niño. Cuando escuchas a un niño, fomentas su confianza en sí mismo y en los adultos. Entonces reconocen su propio valor porque ven que te interesas por ellos y por lo que están viviendo.
Al establecer una comunicación abierta y honesta con el niño, éste le hablará más fácilmente de las cosas importantes que le ocurren en su vida.