Estar disponible es la mejor manera de conectar con los estudiantes.
No es necesario que esté de guardia. Basta con indicar que está disponible en la sala de profesores o en la sala de profesores a partir de una hora establecida, por ejemplo, media hora antes del comienzo de la clase.
Pero ten cuidado, si indicas que estás disponible, debes estarlo realmente.
A veces sólo hace falta que durante una única vez ocurra lo siguiente: “Dijo que podíamos verle y hablar con él, pero fui rechazado”. Aunque no sea el caso ni la intención, es lo que el alumno percibirá y repetirá a sus compañeros. Hay que ser realmente cuidadoso.
También es posible dar a los estudiantes un correo electrónico específico para que puedan hacer preguntas y concertar una cita. Es sorprendente la cantidad de estudiantes que aprovechan la puerta abierta. Pero, de nuevo, una buena gestión del tiempo y la organización personal son esenciales.