Muchos profesores y formadores de los centros de formación se sienten a veces impotentes a la hora de llegar a sus alumnos.
Los profesores y formadores son mucho más que personas que se limitan a impartir un programa y a dar notas.
Lo sorprendente es que hay estudiantes a los que les gusta ir a la escuela, y no son necesariamente los mejores de la clase. Muchos de ellos proceden incluso de un entorno social desfavorecido.
Para estos alumnos, la escuela es la mejor parte del día porque les ofrece una escapada de su vida en casa, de una situación familiar difícil o incluso desgraciada. Pero no hablan de ello. Guardan silencio porque es una parte de sí mismos que quieren ocultar.
Por lo tanto, es importante entender que hay mucho más en los estudiantes que la vida que llevan en el aula, y es importante interesarse por un estudiante fuera de la jornada escolar.