Tema 5 Plantear las preocupaciones a los padres

Como profesional, puede haber ocasiones en las que tengas que plantear a los padres tu preocupación por el comportamiento, el bienestar o el desarrollo de un niño.

Un enfoque de resolución de problemas te ayudará a ti y a los padres a trabajar juntos para abordar las preocupaciones. Este enfoque implica:

  • identificar el problema
  • la lluvia de ideas sobre el mayor número posible de soluciones
  • evaluar conjuntamente los pros y los contras
  • decidir qué solución probar
  • poner en marcha la solución
  • revisar la solución después de un período de tiempo.

Una de las claves de este enfoque es hablar de las preocupaciones cuando surgen. Los problemas no suelen desaparecer por sí solos. Y si dejas que los problemas se acumulen, pueden ser cada vez más difíciles de abordar.

He aquí algunos consejos para poner en práctica este enfoque:

  • Prepárate para las conversaciones sobre temas difíciles. Los padres pueden sentirse molestos y estresados por estas conversaciones. Si piensas con antelación en lo que tienes que decir y en la forma más delicada y respetuosa de hacerlo, puedes ayudar a que la conversación vaya bien.
  • Intente programar un horario en el que los padres estén más disponibles. Por ejemplo, si eres educador o profesor de guardería, puede ser a la hora de recoger y dejar a los niños. O puede ser mejor llamar a los padres durante el día.
  • Discute los comportamientos preocupantes sin juzgarlos. Intenta centrarte en los hechos y en si el comportamiento es apropiado. Por ejemplo, “Pedro ha dibujado en la pared y ha dicho que lo ha hecho otro niño. Este comportamiento no está bien”.
  • Explica qué puede contribuir al comportamiento. Esto puede ayudaros a ti y a los padres a encontrar la manera de cambiar el comportamiento. Por ejemplo: “Empezar la escuela puede ser un reto. Los niños suelen estar preocupados por si se meten en problemas”.
  • Comprueba qué piensan los padres sobre el tema. Recuerda que las percepciones de lo que es apropiado pueden diferir entre culturas o contextos. Por ejemplo, “¿Cómo maneja su familia cuando los niños no dicen la verdad?”.
  • Ofrece estrategias realistas adaptadas a cada familia. Por ejemplo, si un niño necesita hacer nuevos amigos pero se estresa en público, los padres podrían empezar por invitar a otros niños a jugar en casa.