Cuando los padres te plantean sus preocupaciones, los principios básicos de escuchar y hablar siguen siendo válidos. Y el respeto y la sensibilidad siguen siendo la clave de una comunicación eficaz.
Además, si te centras en el problema que plantean los padres y recuerdas que tu objetivo común es apoyar a su hijo, puede ayudarte a evitar que te pongas a la defensiva o te justifiques.
A veces, la mejor manera de ayudar es simplemente escuchar a los padres. Puede que los padres sólo necesiten sentir que sus preocupaciones han sido escuchadas. No siempre hay que buscar una solución de inmediato.